El parque eólico Santuario, en proceso de autorización administrativa por el gobierno español, tiene un diseño que lo hace presuntamente contrario a la ley que regula el aprovechamiento energético en Galicia. El parque está promivido por la multinacional italiana ENEL, antigua empresa pública española Endesa.
Xermade cuenta ya con participación en 3 parques eólicos: Caballeira, Goia Peñote y Sotavento. Totalizan casi 35 MW repartidos en 43 aerogeneradores. Excepto una turbina instalada en 2005 de Goia Peñote de 2 MW, el resto de los aerogeneradores son menores de 0,8 MW. Nada que ver con el que se propone en Santuario: serían 23 aerogeneradores de 7 MW de potencia unitaria para totalizar un parque de 161 MW, casi 5 veces mayor que la potencia ya instalada en Xermade en esos 3 parques (situados también en Muras, Vilalba, Monfero y As Pontes de García Rodríguez).
Las dimensiones de los parques eólicos existentes y del futurible Santuario no son equiparables ni tecnológicamente ni económica y ni ambientalmente. El incremento del tamaño de los aerogeneradores vendría acompañado de una mayor productividad, producción y facturación. Si antes de 2021, los parques eólicos en Xermade producían alrededor de 6 millones de euros anuales, y en el 2022 alcanzaron los 12 millones, si la electricidad de Santuario se vendiese al precio medio del 2020, la facturación sería de 25,5 millones anuales, si el precio fuese el de 2022, la facturación llegaría casi a los 85 millones y con el precio medio de noviembre del 2023 a casi 40 millones anuales. La inversión estimada es de casi 170 millones. Si la vida útil del parquees de 25 nos, unas rápidas y simples cuentas ayudarían a dimensionar el volumen de negocio vinculado con este parque. Si esto hubiera ocurrido en los Países Bajos, la empresa estaría obligada a poner a disposición del vecindario hasta el 50% de la propiedad del parque. Parece obvio que con un modelo del tipo neerlandés el impacto económico en el rural chairego sería de una naturaleza y de una cuantía totalmente diferente.
Y quizás también habría sido diferente la percepción social que las comunidades locales tienen del parque eólico (algo que se repite en todas las actividades de transparencia informativa que desarrolla el OEGA). “Somos dueños de la tierra solo para pagar la contribución”, decía una mujer asistente a la charla de la pasada semana. También se pudo escuchar “quieren poner un aerogenerador a 250 metros de donde yo vivo….. pago impuestos como todo ciudadano, mi casa tiene licencia municipal, vivimos allí por generaciones de mi familia, como puede ser que coloquen un artefacto de 200 metros a esa distancia de mi casa?”, comentaba otro vecino. En las siguientes imágenes se pueden ver varios ejemplos de este hecho.
Además de estos efectos y de estas impresiones sociales, el parque eólico Santuario supondría un elevado impacto territorial. Este impacto tendría dos efectos: el primero, un cambio de calificación urbanística y, por lo tanto, un cambio en las condiciones de aprovechamiento que los propietarios tendrían sobre esas tierras. La propiedad rural perdería opciones de edificabilidad y de aprovechamiento en unas 350 hectáreas. En segundo lugar, la aplicación del artículo 31 y de la disposición transitoria 6ª de la Ley 8/2009, la que regula la planificación territorial y energética en Galicia, con incidencia en el proceso de autorización de este parque a pesar de ser una instalación sometida a la autorización del gobierno español, supondría que casi 8.300 hectáreas de Xermade, Guitiriz, Monfero y Vilalba quedarían para siempre bajo el control de ENEL en lo referido a futuros parques eólicos, incluso los que se propusiera promover el ayuntamiento o comunidades rurales locales. La pregunta que lanzó el OEGA al público asistente fue si pensaban que ENEL iba a pagar por todos esos efectos. La respuesta fue unánime: un NO grande resonó en aquella sala llena de vecinos y vecinas de Xermade.
El vecindario de Xermade, encabezado por su alcalde, Roberto García Pernas, presente en el salón de actos del CEIP Plurilingüe de Xermade CEIP donde se celebró este encuentro informativo, fue muy categórico al afirmar que ellos no están en contra de la energía eólica y que son conscientes de lo que significa producir electricidad libre de emisiones de CO2 pero, al mismo tiempo, rechazan cualquier intento que suponga ir contra los derechos básicos de los habitantes del rural. En palabras del alcalde, “el vecindario de Xermade no se merece soportar los costes de la energía eólica mientras son otros, en este caso una empresa italiana, quien se llevaría todo el pastel, aquí nos dejan los perjuicios y ellos llevan el dinero. Esto no se puede tolerar”.