La Comarca de la Terra Chá, en la provincia de Lugo, está conformada polos Ayuntamientos de Abadín, Begonte, Castro de Rei, Cospeito, Guitiriz, Muras, A Pastoriza, Vilalba y Xermade. Esta Comarca tenía en 2020 casi 40.000 habitantes dentro de un territorio de algo más de 1800 km2.
Como muchas otras comarcas del interior del Galicia, estas tierras padecieron en las últimas décadas un drenaje de población: desde 1998 la comarca perdió 10.000 habitantes, la una tasa media anual de 1%, representado el 20% de la población inicial. De hecho, este ritmo de decrecimiento poblacional es superior a la media gallega: si en 1998 los chairegos y chairegas eran 1,82% de la población gallega, 22 años después, en el 2020, tan solo representaban el 1,47%.
La Terra Chá, bien lo saben sus habitantes, no se encuentra entre las comarcas más desarrolladas ni de Lugo ni de Galicia. Son manifiestos sus problemas de desocupación, envejecimiento, carencia de buenos servicios públicos, etc. Incluso usando indicadores muy conocidos por todos y todas, como es Renta Disponible , es decir, la Renta que realmente se retiene en el bolsillo de sus gentes, los habitantes de la Terra Chá se sitúan lejos de la media gallega. Ya sabemos que la media gallega está lejos de la media del Estado español. Y que la media de los españoles está lejos de la media de los europeos. Por lo tanto, la conclusión es fácil: en términos relativos, los 40.000 habitantes de la Terra Chá tienen una peor calidad de vida de la que tienen en otros territorios (medida mediante ese indicador que señalamos. Obsérvese la gráfica adjunta).
Esta Comarca es la campeona gallega en potencia instalada y en producción de electricidad renovable a partir del viento. Veamos 4 datos básicos:
Cuando la autosuficiencia local, comarcal o nacional no es un objetivo, cada territorio se especializa en aquello en lo que tiene una ventaja. Esta puede ser la dotación de recursos naturales, la formación de su capital humano, su posición geoestratégica, etc. Cuando es el mercado quien toma esas decisiones brotan importantes asimetrías en tener de bienestar económico, de reparto de cuestes sociales y ambientales y de calidad de vida. Hay miles de ejemplos que verifican ese hecho. A veces, los gobiernos actúan para intentar corregir esta situación. Y pocas aciertan con su corrección, debido a la flaqueza de sus medidas. Este caso que comentamos, el de la Terra Chá, nos muestra de forma muy clara algunas de esas asimetrías. Esa comarca ha contribuido a atenuar el cambio climático, con la producción de tantos MWh renovables. En cambio, eso no supuso un cambio de tendencia en los procesos históricos de abandono de los recursos agrarios, de despoblamiento de las aldeas y de pérdida población en general. Los gobiernos, y el gallego especialmente, no hicieron nada para corregir esas tendencias y tuvieron una grande oportunidad: la que se deriva de la existencia de una riqueza interminable en los montes chairegos.
En los próximos años, si los proyectos en tramitación por compañías multinacionales avanzan, cientos de MW nuevos llegarán a esas tierras. Cambiarán, ahora sí, las tendencias de deterioro económico y social que se padecen en esas tierras?. Nosotros pensamos que los gobiernos, gallego y español deben cambiar urgentemente sus políticas para que la respuesta no sea la de los últimos 25 años: “vienen desde lejos a aprovechar los recursos renovables de nuestras tierras, y para nosotros sólo quedan los problemas«