El OEGA organizó una mesa redonda con la participación del poder municipal. La idea era aportar la perspectiva local gallega respeto a la transición energética.
Fueron tres los regidores que nos acercaron la visión de sus Ayuntamientos: Fernando Pérez, alcalde del Ayuntamiento de Vilasantar, del PP; Mariano Iglesias, alcalde de Mesía, del PSOE y Manuel Requeijo, alcalde de Muras, del BNG.
Contexto
Fernando Pérez es alcalde del Ayuntamiento de Vilasantar desde el año 2011, situado en la comarca de Betanzos (A Coruña), a media hora de las principales ciudades gallegas del Norte (Lugo, Coruña y Santiago de Compostela). Cuenta con una superficie aproximada de 60 km², se divide en siete parroquias con alrededor de 100 núcleos de población que suman 1.215 vecinos y vecinas. Tiene un relieve suavemente elevado con una altura media de 500 metros. A nivel económico destaca la actividad ganadera y maderera, con planes de cultivo a desarrollar en algunas de sus parroquias. Hubo varios intentos de instalar energía eólica pero, a día de hoy, aún no cuenta con aerogenerador alguno.
Historia energética
La historia energética en Vilasantar comienza en el año 2012, cuando se pretendía instalar el Parque Eólico Corda Cruceiro, de la mano de la empresa Fenosa Wind S.L. En ese mismo año, desde el Ayuntamiento se crea una comisión negociadora integrada por miembros de todos los partidos políticos de la corporación, por propietarios afectados, por vecinos y por ganaderos, entre otros interesados. A través de esta comisión negociadora se velaron por los intereses del territorio. Su trabajo y coordinación llevó a formular alegaciones y sugerencias presentadas al proyecto de ejecución, al proyecto sectorial y al estudio de impacto ambiental.
Comenzaron a negociar con la promotora las contraprestaciones por la ocupación de los terrenos, llegando a redactar un contrato de arrendamiento para los propietarios. También crearon un convenio de colaboración entre Ayuntamiento y empresa en la que se recogían las condiciones en materia de protección medio ambiental, de dinamización del rural, de dotación de infraestructuras, de deberes económicos y de avances sociales. Dentro de estas materias, destacaba el acuerdo de reducción en un 30% anual de los costes de la factura eléctrica a los habitantes de Vilasantar. Además, el convenio recogía ayudas económicas para actos culturales y educativos, para el apoyo a la agricultura ecológica y también para el banco de alimentos del ayuntamiento. Asimismo, la empresa se comprometía a realizar contraprestaciones para compensar los “tecores” ( titulares de terrenos cinegéticos ordenados). Como parte más significativa, en el convenio figuraba el deber de la empresa para compensar los gastos de aislamiento de las viviendas (ventanas, etc) situadas en el radio de un kilómetro de los aerogeneradores con el fin de mitigar la contaminación acústica.
Sin embargo, en el año 2014 a promotora desiste de la instalación del Parque Eólico Corda Cruceiro, así como de otros cuatro, debido la falta de viabilidad económica. La promotora se escudó en el nuevo marco regulatorio que definía la retribución de la generación eólica (primas).
Con todo, hubo un segundo intento en 2018, en este caso por la mano de la empresa Green Capital Power, que tentó montar el Parque Eólico Lavandeira, sólo llegando a realizar la fase de consultas en la evaluación ambiental. El documento presentado por la promotora carecía de rigor, pues se limitaba a un “corta y pega” de otros documentos, con graves errores sobre el conocimiento del territorio de Vilasantar. También esta promotora desistió de la instalación de este parque junto con otros dos, alegando la oposición social derivada de la cercanía a las casas y de los efectos negativos para las explotaciones ganaderas.
La perspectiva sobre la energía eólica
En la actualidad existe un nuevo intento de instalación eólica en Vilasantar: el Parque Eólico Abrente, también por la empresa Green Capital Power. Se encuentra aún en una fase inicial, la de consultas en la evaluación de impacto ambiental, “curiosamente presentado durante el período de alarma” según palabras del regidor.
El regidor de Vilasantar aclara que tanto sus habitantes como los entes locales están sin ninguna duda a favor de las energías renovables, y en concreto de la eólica. Pero esto “no implica aceptar cualquier proyecto que no considere las características del territorio”.
Vilasantar carece de costa o montañas abruptas, por lo que los proyectos presentados hasta el momento pretendían asentar su maquinaria eólica en terrenos de prado, cultivo o reforestadas recientemente y dedicadas a la actividad maderera; por lo tanto, son zonas de plena actividad diaria, vivas y de paso diario de los habitantes. Además, son zonas a escasos metros de las casas. En este punto, Fernando señala directamente “a una normativa gallega invariable que no contempla un aumento en lo que a distancia de los núcleos se refiere, mientras que sí se ve incrementada la altura de los aerogeneradores a instalar, el diámetro del rotor y de su productividad”.
Específicamente, el alcalde afirma que “hablamos de una normativa intacta durante los últimos 15 o 20 años, cuando los molinos rondaban los 60 metros de altura, con una potencia unitaria media de 0.95 MW; mientras que los aerogeneradores contemplados en los proyectos actuales alcanzan los 200 metros y una potencia de 3.45 MW”.
También señala los efectos sobre las actividades ganaderas. E indica “muchos de los terrenos del ayuntamiento de Vilasantar que se consideran afectados en estos proyectos forman parte de la Política Agraria Común (PAC), por lo que dejarían de ocuparse para este uso económico por la ocupación de pleno dominio unos, y por el cambio de calificación urbanística otros; dejando de optar a ayudas de la PAC”.
Por todo el anterior, la actitud de los vecinos y vecinas respeto a estos proyectos eólicos, genera una percepción de las energías renovables muy similar a la de otros proyectos eléctricos, y que el alcalde resume en las siguientes palabras: “codicia, opacidad y abuso de poder”. Unas sensaciones derivadas de la falta de información, de la posición dominante y de los abusos de las empresas.
Debido a todo ello, Fernando Pérez opina que se hace necesaria la unión de todos los agentes que se encuentran enfrente de las promotoras. Además, desde su punto de vista, el papel de las administraciones también es crucial en el sentido de ayudar la que las comunidades rurales a que participen en los proyectos.
Asimismo, declara que desde Vilasantar no se oponen a la eólica por una alta densidad de molinos, que no es el caso de los proyectos presentados para este territorio betanceiro, sino por la ausencia de acercamiento previo por parte de las promotoras al territorio destinatario de su proyecto.
Conclusión
Exigen poder participar en la planificación y desarrollo de la energía eólica en su ayuntamiento, involucrando a la población y agentes locales en su desarrollo, y sobre todo en la toma de decisiones, lo que mejoraría la aceptabilidad y permitiría tener una mayor percepción de la eólica, y de las energías renovables en general. Opina que es preciso que estas energías cuenten con el apoyo social; cada vez más la energía final bruta procede de este sector, por lo que hay que percibir esta energía como beneficiosa en la lucha contra el calentamiento global. Por lo que defiende la necesidad de encontrar un compromiso entre su desarrollo y el mantenimiento de la calidad de vida de los territorios a los que afectan, lo que se conseguirá si entramos en una etapa de participación social en el desarrollo eólico.
Por lo tanto, el regidor de Vilasantar concluye que la percepción de su territorio y en particular de la entidad local respeto a eólica, dependerá de si les permiten ser agentes activos del proceso con el fin de permitir y hacer que el eólico forme parte del desarrollo rural.
La intervención global de Fernando Pérez, alcalde del Ayuntamiento de Vilasantar, aquí.
Contexto
El Ayuntamiento de Mesía pertenece a la comarca de Ordes. Se sitúa a puntos equidistantes de las ciudades gallegas de A Coruña, Santiago y Lugo. Cuenta con una superficie de 107 km² y 2.500 habitantes empadronados. Tiene 180 núcleos de población, sumadas a numerosas casas aisladas fuera núcleos.
Mesía está marcado por el excelente aprovechamiento rural, agrícola y forestal. En la escala de Galicia, Mesía tiene el mayor número de cabezas de ganado por habitante, contando con modernas explotaciones que se esforzaron en realizar las inversiones precisas para no perder productividad. Unos esfuerzos que, según palabras del alcalde, convirtieron a Mesía en uno de los ayuntamientos gallegos con mayor producción de leche, incluso con algunas producciones destacadas por su vertiente ecológica (nombradamente, la conocida Casa Grande de Xanceda, con premios a nivel nacional).
También cuentan con un notable aprovechamiento forestal, favorecido por la concentración realizada en el 95% del territorio, en algunos casos con 50 años de antigüedad. En su día, Mesía fue declarado por la Xunta ayuntamiento de interés agrario, con numerosas subvenciones que favorecen las explotaciones agrícolas y ganaderas, a favor del rural.
Historia energética
Si bien en la actualidad no existen parques eólicos en el ayuntamiento de Mesía, dada su situación geográfica ya existen cuatro corredores de líneas de alta tensión que conducen la electricidad al punto clave de Mesón do Vento.
La perspectiva sobre la energía eólica
De entrada, el alcalde de Mesía al igual que lo de Vilasantar, afirma estar a favor del desarrollo de la energía eólica y en general de todas las renovables que contribuyan a una transformación energética hacia producción limpia de energía.
Si bien no existen aún parques eólicos asentados en su territorio, Mariano Iglesias presenta su municipio como uno de los afectados cómo el ya conocido como el “boom eólico”, teniendo en cuenta los cuatro parques eólicos que en la actualidad se encuentran proyectados en su entorno y en diferentes estados de tramitación. En este punto recuerda la picaresca latente de fraccionar los macro proyectos en pequeños parques, con el fin de evitar la evaluación del Ministerio. Subraya que los parques eólicos están conformados por las vías y subestacións que forman los elementos auxiliares de estos proyectos; dos líneas de alta tensión necesarias para la evacuación de energía y dos que atraviesan el territorio provenientes de otros parques en dirección SET Mesón do Vento.
Considera que las instalaciones descritas harían de Mesía un territorio poco atractivo para vivir y que afectan más allá de su municipio, la toda la comarca de Ordes. Es por ello que todos los municipios integrantes de esta comarca firmaron una declaración rechazando la instalación de parques eólicos en la comarca, y también contó con el apoyo del Pleno de la Diputación. En esta declaración, dice, instaron a la Xunta a que declarara la comarca de Ordes libre de la instalación de estos proyectos eólicos y eliminase la zona del mapa eólico de Galicia.
El alcalde de Mesía indica que el actual Plan Sectorial Eólico de la Xunta está obsoleto, apuntando de nuevo al detalle del distanciamiento de las casas de estas instalaciones: 500 metros de distancia en tanto que los aerogeneradores superan hasta la punta del aspa los 200 metros.
Los ganaderos tienen una limitada base territorial, que tratan de ampliar con esfuerzo para hacer rentables sus explotaciones; unos intereses que chocan de frente con las grandes poligonales de afección de los parques proyectados. El alcalde manifiesta que la negativa de la corporación local respeto a estos proyectos proviene de la petición de los vecinos y vecinas y se basa sobre todo en motivos socioeconómicos.
Aun estando a favor de la energía eólica, no consideran viable su instalación en lugares donde implicaría la eliminación del sistema económico previo y latente del territorio como sería el caso de Mesía. Y, sobre todo, dice, un sector tan importante como el primario cuya transversalidad se evidenció más si cabe bajo el contexto del estado de alarma y crisis sanitaria derivada de la COVID-19. Una notoriedad que, lamenta, se olvidará demasiado pronto.
Conclusión
El alcalde considera “que se le está presentando a las instancias supramunicipales, sea la Xunta o el Gobierno central, una oportunidad única para poner en valor al medio rural, de forma directa”. Un entorno que pierde población, y que considera se vería agravado por la inclusión de estos proyectos que ya no sólo afectarían al sistema socioeconómico comentado, sino que implicarían según Mariano Iglesias numerosas afecciones a mayores: paisajísticas, ambiental, patrimonial y, incluso, sanitaria.
Mientras considera que estas últimas afecciones deben ser evaluadas por expertos en materia, el alcalde de Mesía se muestra “en contra de los parques y líneas de alta tensión en su ayuntamiento, en tanto que no las considera compatibles con las actividades predominantes y precedentes en el territorio”. Además, considera que la dinámica de estos proyectos debería “ir ligada a un retorno, tanto en el campo económico como en el social, en el lugar donde se implanten, y que no se limiten a un retorno en las cuentas de resultados de sus promotoras (no gallegas)”.
Para concluir, el alcalde se expresa muy claro al destacar lo que considera un deber de todos los entes públicos “el de la protección de lo que califica de especulación eólica. Una especulación que premia a las promotoras y, por lo tanto, abandona a quien lleva luchado por el rural desde siempre, siendo respetuosos con el medio, haciendo de él su modo de vida, de generar riqueza generación y generación. Su gente.”
La intervención completa de Mariano Iglesias, aquí.
Contexto
Muras se sitúa al norte de la provincia de Lugo, en el límite entre la Mariña y Terra Chá. Cuenta con 680 habitantes empadronados, de los que más de la mitad superan los 65 años, lo que se traduce en una población muy envejecida. También destaca la dispersidad de los núcleos de población. El regidor considera que estas características poblacionales y geográficas favorecieron la inclusión eólica en la zona en los años precedentes a su entrada como alcalde en el 2015.
Se trata del ayuntamiento gallego con mayor penetración de la energía eólica: posee 21 parques con 381 molinos. Se trata de un municipio rural donde, de nuevo, las actividades socioeconómicas predominantes son la agricultura y la ganadería.
Historia energética
A lo largo de los últimos 25 años, el paisaje de Muras cambió de forma clara. Se produjo una acumulación sin precedentes de potencia eólica en las tierras del Ayuntamiento. El alcalde destaca el impacto paisajístico derivado del desarrollo eólico, no sólo por los aerogeneradores, sino también por las pistas y líneas de evacuación. Se refiere también al impacto acústico.
Para la instalación de estos 21 parques en el Ayuntamiento, las empresas usaron tanto la venta como la expropiación para hacerse con el derecho a asentar las infraestructuras. La expropiación se llevó a cabo en aquellos casos donde los vecinos no aceptaba las ofertas marcadas por las promotoras (cifradas entre 30 y 100 pesetas el metro cuadrado). Cuando se dieron estas situaciones, quedaba “…entre la población un sentimiento de intimidación, aun hoy recordado”.
El alcalde señala que “…donde se encontraban con mayores dificultades las empresas eólicas era en los terrenos propiedad de las comunidades de montes, pero finalmente acordaban con ellas un alquiler anual.”. Según la documentación que maneja, cifra en 1.800€ anuales por cada molino instalado. Concluyendo que es “una cifra muy pequeña en comparación con la riqueza energética generada por cada aerogenerador”.
La perspectiva sobre la energía eólica
Cuando Manuel Requeijo accede a la alcaldía, “aun con 381 molinos y 21 parques eólicos, hay familias que no tienen luz, que nosotros desde el propio Ayuntamiento tenemos que llevar esa luz a las distintas casas. Y una de las ideas que teníamos en mente nosotros era que esa riqueza que comentaba antes que generan las empresas eólicas debería revertir de alguna manera en los vecinos. Y decidimos poner en marcha una ayuda para el pago del recibo de la luz ya que las empresas no tienen esta iniciativa por sí mismas ni ninguna administración superior pone encima de la mesa esta obligatoriedad, pues nosotros decidimos llevar esto a cabo.?
En un ayuntamiento donde existía un aerogenerador por cada dos habitantes existían familias en cuyas casas no tenían luz.
A partir de ese momento, el ayuntamiento comienza a trabajar para tratar de cambiar esa situación, ciertamente injusta. Con esta idea, y ante la falta de voluntad por parte de las empresas y también ante la ausencia de iniciativa alguna promovida por autoridades públicas supramunicipales, desde el ayuntamiento de Muras deciden iniciar un estudio del consumo energético por unidad familiar, del que se deriva que más del 75% de las familias gastaban entorno a los 600€ anuales, tomando como referencia los datos del año 2014.
Consecuencia de todo ello, el Ayuntamiento de Muras pone en marcha una iniciativa de bonificación en el recibo de la luz. La bonificación del recibo de la luz cubre el 80% de las unidades familiares, con una bonificación anual de hasta 600€. Con esta medida, desde la entidad local se pretendía luchar contra la pobreza energética, asentar población en el territorio y compensar en cierta medida la ocupación del terreno por parte de los proyectos eólicos.
A mayores, habla de una línea que pretende impulsar el mantenimiento de las actividades económicas de pymes (hostelería, ganaderías…): una ayuda lineal de 1.500€.
Conclusión
Manuel Requeijo finaliza su intervención demandando una nueva generación de impulso eólico que implique a vecinos y vecinas en su desarrollo, con información y con justicia económica, energética, social. Sin embargo, se queja de la ausencia de voz que tienen las autoridades locales gallegas en la actualidad, siendo consciente según dice de que la energía eólica es una potencial fuente de riqueza, tan importante cómo lo sería el hecho de repensar su reparto y, para ello, un buen planteamiento que implique la todos los agentes.
La intervención íntegra de Manuel Requeijo aquí.
Reflexiones finales
El alcalde de Vilasantar reafirma que siguiendo la “normativa gallega obsoleta”, las promotoras cumplen con lo estipulado en ley pero precisamente lo que demanda Fernando Pérez es “…una ley acorde con la evolución de la maquinaria eólica en los últimos años”
Mariano Iglesias, alcalde de Mesía es contundente al afirmar que “…aun recibiendo compensaciones económicas como reciben las entidades locales portuguesas, algunos de los impactos que provocarían la instalación de los proyectos eólicos en el territorio no serían reversibles y por tanto “compensados” por aportación económica alguna”.
“Los cambios en la legislación para obtener beneficios para las comunidades rurales, eliminar la expropiación como una fácil aplicación, y el pago de renta directamente a los propietarios de los terrenos” fueron algunas de las propuestas finales de Manuel Requeijo, alcalde de Muras. Asimismo, incidió en la elevada desinformación latente en el proceso de instalación de los parques eólicos, limitando el poder de negociación de las comunidades de montes, y de los ayuntamientos. Aspecto este último también señalado por los dos alcaldes de los ayuntamientos coruñeses.